La respuesta correcta a esta pregunta abierta es la siguiente.
Es muy difícil aceptar la idea de que el ser humano no actúa con libertad. Nos sentimos relativamente libres porque tenemos cierta capacidad de elección, pero no en todo ni para todo. En la vida real, es difícil actuar de forma "pura" ya que tenemos un sistema de creencias que se nos inculcan desde el seno familiar y van fortaleciéndose a lo largo de nuestra vida al grado que hacen que sesgamos la mayoría de interpretaciones de la realidad y por ende, las decisiones que tomamos bajo esos parámetros de los "bueno" y "malo."
De ahí que, aunque en la mayoría de países democráticos tenemos la libertad de elegir muchas cosas, nuestras decisiones siempre están influidas por esos sistemas de creencias que desafortunadamente incluyes estereotipos y prejuicios, que "contaminan" nuestra manera de pensar, elegir y actuar.
